lunes, 10 de noviembre de 2014

MICRORRELATO: Inés Gallardo Grau, REBECA


El cielo comenzaba a aclarar su oscuridad nocturna mientras los pájaros inundaban las pedregosas calles con su canto agitando los árboles en su alegría.
Mientras peinaba su perfumado cabello extasiada mirando el dorado y bello amanecer Rebeca lo vio pasar y su alma suspiro enamorada,su corazón galopaba dentro de su pecho sin poder aquietarse.
Era un joven bello,su túnica blanca cubría sus sandalias en su paso lento y armonioso, sus cabellos dorados eran luminosos,su rostro sereno, su mirada intensa, perturbadora, insondable, su sonrisa siempre junto a Él.
Rebeca ocultó su rostro detrás de la fina y blanca cortina de lino para observarlo sin sorprenderlo, lo vio alejarse saludando a su paso a los mercaderes y a las mujeres con esa sonrisa  arrebatadora, y pensó que misterioso es el amor que invade el alma atropellando los sentidos y llenado el corazón de alegría y esperanza.
La sorprendió la visita de su madre en su alcoba perturbando esa embriaguez que la envolvía, se abrazaron en silencio en el encuentro matinal de cada día.
En ese día de primavera cálido y perfumado con los jazmines que trepaban por su ventana, reflexionaba una y otra vez como presentarse ante la invitación de la familia del bello joven.
Su cuerpo envuelto en su túnica ambarina se movía inquieto por la habitación, como agradar, como dominar sus emociones, cuales debían ser sus mejores palabras, y así atrapada en sus alegrías fue en busca de su diario y placentero desayuno,su canto por la estancia hacía estremecer las flores del jardín.
Cuando el atardecer acalló el trino de los pájaros y pintó el inmenso cielo de un rojo profundo, padre e hija atravesaban las empinadas calles de la aldea.
La suave brisa de la tarde ondulaba la túnica celeste que cubría los cabellos de Rebeca, tomados de la mano se miraban ansiosos por el anhelado encuentro.
Jamás imaginó la bella  Rebeca que su corazón agonizaría de tristeza, el bello joven fue gentil, amoroso, todo Él fue ternura con sus visitantes, pero sus labios pronunciaron palabras no deseadas, su destino lo llevaba por caminos desconocidos e incomprensibles para la apasionada Rebeca.
-Siempre vivirás en mi mente y en mi corazón, inolvidable Rebeca!
La madre del joven abrazó amorosamente a esa niña enamorada intentando aliviar su pena.
Cuando la noche invadía el caserío, dos siluetas avanzaban lentamente perdiéndose en un recodo de la calle de los Suspiros rumbo al templo de la Iluminación en busca del consuelo de los dioses.
Rebeca se abrazaba a su padre buscando protección, su corazón había quedado cautivo en el corazón de ese joven para siempre.
Quiso el extraño destino que la hermosa Rebeca dejara sus lágrimas en su último día en este mundo a los pies de ese inalcanzable amor terrenal.

Autora
Inés Gallardo Grau

(Rebeca era hija de Esdras un comerciante de Nazaret, quien se enamoro de Él, Jesús lo supo y tuvo el valor y la honradez de aclararle a ella y a su familia cual era su destino. Rebeca jamás se casó y siguió enamorada del Maestro. Fue una de las mujeres que permaneció al pie de la cruz. Libro de Urantia)
Juzga por ti mismo, Él hará el resto.....

Gracias Inés. Es verdadera la historia. Bendiciones

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