miércoles, 11 de noviembre de 2015

SAN MARTÍN DE TOURS: EL POR QUÉ DE SU PATRONAZGO EN ARGENTINA.

La pregunta que uno hace es ¿Cómo llegó San Martín de Tours a estos pagos? Y la curiosa historia se remonta al año de la fundación de la Ciudad de Buenos Aires por Juan de Garay. Una vez cumplidos los requisitos de la fundación de una ciudad colonial, en junio de 1580 los primeros pobladores y el clero se reúnen para designar al santo patrono de la ciudad. En una bolsa se colocan papeles con los nombres de los santos candidatos y un niño saca uno de ellos; el santo que salió designado es San Martín de Tours; los cabildantes no estaban de acuerdo con que un santo francés sea patrono de aquellas tierras ignotas.

Luego de un breve debate el niño vuelve a sacar un papel de la bolsa y el santo que se lee nuevamente es San Martín de Tours; los habitantes vuelven a negarse de que el santo francés sea su protector y por tercera vez salió de la bolsa el nombre del mismo santo. Así los habitantes interpretaron que era voluntad de Dios que San Martín de Tours sea el santo patrono de la Ciudad de Buenos Aires y respetaron la elección.

A lo largo de la historia, San Martín de Tours pasó a formar parte de la cultura popular porteña. Los días de conmemoración del santo eran días de festejos populares en toda la época colonial y post revolución de mayo. Era uno de los días más importantes en el calendario de la ciudad. El 11 de noviembre había festivales en todas las calles con fuegos de artificio, ese día no se trabajaba y había una procesión en la calle principal; ese día las clases bajas y altas estaban unidas en aquel festejo. Al llegar la tarde, las fiestas se trasladaban a las casas con bailes y tertulia de aquella época.

Era un día de regocijo y júbilo para los porteños. Por supuesto que desde España siempre se han hecho gestiones para destituir ese santo y poner uno más acorde al reino ibérico; pues era imposible, los pobladores siempre se negaron a retirar a San Martín de Tours como patrono de la ciudad. Las gestiones por parte de España eran más hostiles cuando estaban en guerra con Francia; aún así los porteños se negaban al pedido y asumían las consecuencias que ello podría aparejar. Incluso los reyes de España llevaron el reclamo al vaticano y la respuesta era que es voluntad de Dios y del pueblo de esa ciudad que San Martín de Tours sea patrono de Buenos Aires.

En muchos años los españoles se preguntaban por qué había tanta devoción por San Martín de Tours en los habitantes de la ciudad de Buenos Aires. Más allá del milagro de la elección del santo, nadie sabía o podía interpretar cual era el mensaje que la providencia quería dar sobre el patrono.

La devoción por el santo era tan grande que el poeta Francisco Luis Bernárdez una vez dijo en su Oración a San Martín, éste, “no teniendo con qué socorrer al mendigo, como aquella causa era justa, desenvainó la espada que llevaba al cinto, rasgó por el medio su capa, le alargó la mitad y siguió su camino, llevando la otra mitad para cubrir espiritualmente al pueblo argentino, que, con el andar de los años, había de nacer aquí, donde nacimos”.

Siempre se ha preguntado que guardaba este santo para que sea tan venerado en aquellas tierras; alrededor de más de 200 años después de su elección apareció lo que podría ser la respuesta. Se trata de una coincidencia que algunos adjudicaron a la providencia divina. Pues el “milagro” en Buenos Aires que algunos afirman sobre el santo no residía en sus acciones, en su vida ni mucho menos en su santidad, pues la fortuna estaba nada más y nada menos que en su nombre, ya que éste adelantaba el nombre del libertador y padre de la patria, el general don José de San Martín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario